Este año crecí, lloré y reí mucho. Me hice más valiente. Los miedos me hacían dudar, vacilar, decir no. Pero este año aprendí a decir que sí. La vida me pegó desde que nací. Y supongo que seguirá pegando. Pero sé que mientras esté con mi gente, mis amigos, mis hermanos, somos fuertes. Y ellos que sigan tratando de destruirnos, a ver si pueden. Esos soles me arrancaron de las tinieblas, pagaré por siempre mis errores, pero sé que hay un lugar donde pude brillar. Nunca quise ser el que era, y siempre quise ser el que soy. Era cuestión de decidirme a cruzar a la otra orilla, juntar coraje y dar un paso. Cuando llegué tenía el eje partido, mis amigos me hicieron alineado y balanceo. Me salvaron.
Enfrentar la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario